Pequeña-gran escapada a Nueva York. Hacía ya mucho, pero mucho tiempo que hablabamos de ir a Nueva York pero el viaje se fue aplazando durante años, hasta que por fin encontramos un pasaje asequible, un hotel a buen precio y una relación €uro versus Dollar más que ventajosa. Así que todo se puso en marcha. Y francamente, valió la pena, no me importaría volver, se me quedaron algunas cosas en el tintero ( como el ir a Coney Island) y no es que no tuviesemos tiempo, pero es que la ciudad nos venció ( pues si, se nos acabaron las fuerzas).Así que ralentizamos el ritmo.
Foto: A-380, 530 pasajeros, es el más grande en el que he viajado ¡y iba lleno! pero que nadie se engañe, los asientos siguen siendo pequeños y no se reclinan más que los que hacen el Palma-Barcelona, pero bueno te puedes entretener las 8 horas con las 20 o 30 películas (frescas) que puedes seleccionar en tu pantalla.
Llegamos con lluvia y siguió lloviendo los dos días siguientes, pero en plan "el dia de mañana", acabamos a remojo y el paraguas (como buena previsora que soy) de poco sirvió para parar tanta agua , pero eso no nos detuvo y fuimos a ver Times Square y Broadway.
Foto: vista de la 57 con Lexington lloviendo, por supuesto.
Ni que decir lo impresionante y diferente que es el paisaje urbano de Nueva York. Y por supuesto como buenos "guiris" que somos pues vamos a ver lo típico. Y no hay nada más típico que subirse al Empire State. No sólo por las impresionantes vistas de Manhattan sino también por el propio edificio en sí.Personalmente, no me dicen nada los edificios de los setenta a base de acero y cristal, pero nadie puede pasar al lado de edificios como el Flatiron o el Crysler sin levantar la vista.
Con el paso de los días el tiempo cambió y pasamos de los 8ºC del primer día a los 21 ºC del último, difícil preveer que ropa metes en la maleta con semejante desfase térmico.
En cuanto a la comida, pues la verdad es que creo que hay mucho mito. Aparte de las grandes empresas dedicadas al fast food, tambien encuentras Hamburgueserias y restaurantes que ofrecen una gran calidad tanto en sus productos como en el servicio y la verdad es que a un precio más que asequible, por no hablar de la increible variedad ( en muchos lugares te indicaban las calorias de los alimentos y generalmente que en la elaboración no se utilizaban productos transgénicos o que llevasen colorantes y conservantes)
. En este apartado a parte de las hamburguesas y perritos calientes callejeros, encuentras los Bagels, los Muffins, los donougths, los cheesecakes y muchísimas más cosas ...
Foto: vista desde Central Park . El parque es inmenso, podrías pasarte 2 días enteros para visitar cada rincón, y una vez que estás dentro uno se olvida completamente que estás en pleno centro de la ciudad. Hay gente tocando música, paseadores de perros, pistas para base ball, canchas de baloncesto, parques infantiles.... pero el detalle que más me impresionó fueron las plaquitas en los bancos dedicadas a gente que solía pasear por allí o solía sentarse en un determinado banco, me pareció un gesto muy emotivo.
Bueno, y hasta aquí un pequeño esbozo de lo que fueron esos 8 dias intensos, por supuesto que vimos más cosas (Chinatown, Little Italy, la zona cero, memorial al Titanic, el Pier 17, museo de historia natural, el Guggenhein,etc....) y que hubieron anécdotas, que nos reimos y nos lo pasamos muy bien, pero quiero hacer un inciso muy particular: la gente con la que nos encontramos fue muy amable, muy educada y muy respetuosa en todo momento y eso es algo a lo que últimamente uno no está muy acostumbrado, sobre todo en las grandes ciudades, por eso me tomo la molestia de recalcar este hecho y de darle la importancia que se merece porque gracias a eso se hace la difencia entre un viaje agradable o un viaje desagradable.