Poco amigo de los cambios y las novedades, Carusso miró con cierta desconfianza como se instalaba una nueva superficie en la terraza.Primero intentó ignorar la nueva alfombra, pero al cabo de unos días se atrevió a pisarla, pero como buen gato de piso que es, caminaba muy lentamente y volvía a entrar inmediatamente en casa. Pero poco a poco se ha ido acostumbrando a la nueva alfombra peluda llegando a regalarnos esta pose. (Que no por ser gato uno se libra de salir desfavorecido en las fotos ;-D-observese que ha salido con la lengua sacada-)
1 comentario:
te saca la lengua,jejeje
Lorien desde que está solita, vive con nosotros arriba, y por las noches la bajo, y cuándo llego a las 15h la vuelvo a subir.
Por las mañanas prefiero que este abajo,por mi madre, que es una histérica y nada le va bien.
Abrazos
Antonia Mª
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